Cuando dormimos y soñamos el foco de la conciencia se concentra en el cuerpo astral dejando al cuerpo físico en reposo. Entonces sin ir a ningún sitio, ya que el creer llegar o desplazarse es meramente una ilusión perceptiva, nunca vamos realmente a un lugar, no existe el allí, todo realmente sucede aquí y ahora aunque lo percibamos separado por etapas o lugares. Así pues en esos momentos nuestro foco de atención está posicionado en el astral y nos encontramos en esos los planos astrales de conciencia, donde todo lo que creemos y arraigado del subconsciente, se manifiesta instantáneo sin tiempo y espacio y es intensamente vivenciado, donde incluso intercambiamos con otros seres con o sin cuerpo en los planos físicos. Así sucede se recuerden o no se recuerden lo que llamamos sueños oníricos.
En los planos físicos de conciencia la manifestación lleva un tiempo y requiere de un espacio para plasmar dicha creencia la cual experimentar, por eso a veces se duda de que eso suceda así, pero ese es el procedimiento se dude o no se dude.
Por ello se dice que el dormir es como morir, pues los planos astrales son estados de conciencia por los que transita el alma y Espíritu también sin este llamado cuerpo físico. Cuerpos y estados mentales emocionales y astrales que se integran, trascienden para igualmente difuminarse como ocurre con el llamado físico. Estados donde cada cual crea su propia y peculiar realidad a veces también colectiva en base al estado conciencial y emocional de cada uno. Ello no es el estado puro y estable del Espíritu, por eso son solo tránsitos concienciales y cambiantes, o lo que solemos llamar vehículos o herramientas experienciales para el alma, ya que el Espíritu es íntegro y completo exento de procesos, tránsitos y experiencias. Consciencia absoluta.
Dormir y soñar es como morir y despertar.
Gracias.
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